Urología en Colombia
Enero 2001
A finales del siglo XIX y en los albores del presente, la Urología en Colombia era un campo manejado por los médicos generales dedicados al manejo de las enfermedades de transmisión sexual, se les conocía como "venereólogos", y mucho de su esfuerzo se dedicaba al manejo de las uretritis y estrecheces uretrales secundarias a las gonococias. También realizaban estos galenos algunos procedimientos quirúrgicos urológicos; el doctor Gustavo Calle Uribe nos ha facilitado algunas referencias obtenidas de los Anales de la Academia de Medicina de Medellín, en donde encontramos que en 1887 el doctor Fausto Santamaría realiza en esa ciudad la primera cistolitotomía, también en esa ciudad el doctor Julio Restrepo publica en marzo de 1897 el "uso de espartillos para dilatar la uretra en caso de estenosis, anotando que son bujías verdes que crecen en el patio, flexibles, suaves y de contornos delicados".
La verdadera Urología colombiana se inicia con el doctor Zoilo Cuéllar Durán, el cual le creó a la Especialidad un espacio dentro del área quirúrgica de la medicina nacional. Nació el doctor Cuéllar en la población del Agrado, Departamento del Huila, en el Estado soberano del Tolima, el 15 de febrero de 1871. Hizo sus estudios médicos en la Universidad Nacional de Colombia donde obtuvo su título de Doctor en Medicina y Cirugía el 19 de septiembre de 1895.
Posteriormente viaja a París en donde como era lo habitual en quien quisiera obtener la certificación francesa, reinicia sus estudios de medicina y se gradúa nuevamente el 20 de julio de 1899. Su tesis de grado en esa ciudad fue un estudio sobre el "Tratamiento quirúrgico de la hipertrofia de la próstata y en particular del método de Bottini".
A continuación realiza en la "ciudad luz" su especialización en Cirugía General y en Urología, culminando su formación a comienzos de 1900. Regresa entonces a Bogotá donde sus conocimientos, su personalidad avasalladora y su audacia legendaria le impulsan rápidamente hacia las primeras posiciones del mundo científico de la Capital.
Miembro de la Academia Nacional de Medicina desde 1906. En la sesión de la Academia del 11 de septiembre de 1907 presenta cuatro piezas anatómicas de casos operados por él: la primera, cálculo vesical extraído por talla hipogástrica; la segunda, una próstata extraída por vía perineal; y las tercera y cuarta, cuatro cálculos vesicales y un lóbulo mediano de la próstata extraídos por talla hipogástrica. En otra sesión de la Academia del 6 de noviembre de 1908 el doctor Cuéllar describe el uretroscopio y el cistoscopio, habla del funcionamiento y de la importancia de estos aparatos y de la toma de orina de muestras separadas de los riñones por cateterismo ureteral. En la sesión ordinaria de la Sociedad de Cirugía del 9 de diciembre de 1909 presenta un extenso trabajo con observaciones clínicas sobre "Las uretritis crónicas, rebeldes a los tratamientos ordinarios (lavados, instilaciones, dilatación y masajes de la uretra, masajes de la próstata) tratadas con éxito por la uretroscopia".
En el volumen VIII, número 90 de agosto de 1917 del Repertorio de Medicina y Cirugía, se establece que la primera prostatectomía transvesical en Colombia fue realizada en Bogotá en agosto de 1908 por el doctor Zoilo Cuéllar. Al respecto, en una comunicación a la Academia Nacional de Medicina, se expresaba el doctor Cuéllar así: "Me permito presentar a la consideración de la Academia seis observaciones de prostatectomía transvesical, método de Freyer, de las cuales cinco han sido practicadas con el fin de remediar accidentes muy graves consecutivos a la hipertrofia de la próstata; y una practicada en el curso de una cistostomía suprapúbica con la esperanza de aumentar algo la capacidad muy reducida de la vejiga. El completo éxito operatorio y terapéutico que he obtenido en los casos que voy a referiros y que están en un todo de acuerdo con las estadísticas europeas y norteamericanas de la prostatectomía suprapúbica, explica el estado de mi espíritu netamente intervencionista, si se quiere llevar un verdadero alivio a los enfermos atacados de esta atormentadora enfermedad (Repertorio de Medicina y Cirugía, volumen XIV, número 42, marzo de 1913).
Fue un gran estudioso de la tuberculosis urinaria, patología que en esa época, y aún todavía en nuestros días, afecta a muchas personas en el mundo con sus devastadoras lesiones en los sistemas urinario y genital. Escribió sobre esta enfermedad: " Las observaciones que voy a tener el honor de hacer conocer a los miembros de la Sociedad de Cirugía se refieren a casos de tuberculosis renal bilateral, en los cuales he practicado la nefrectomía en el riñón más lesionado, amoldándome a las ideas obtenidas desde hace mucho tiempo por Pousson de Burdeos, y que son hoy de uso corriente en la escuela del Hospital de Necker". "En el Congreso médico reunido en Bogotá en el año de 1910 presenté una comunicación sobre la Nefrectomía en la Tuberculosis renal unilateral, operación que ha sido practicada por primera vez en esta ciudad por mí, en las tuberculosis diagnosticadas por los métodos modernos de que disponemos hoy en Urología. En dicha comunicación insistí mucho en el diagnóstico precoz de la tuberculosis del riñón, que es indispensable si se desea obtener una curación radical de dicha afección...". (Repertorio de Medicina y Cirugía, volumen XVI, número 61, octubre de 1914).
Ejerció el doctor Cuéllar Durán un gran liderazgo médico. Fue fundador del Club Médico y del Hospital de San José de Bogotá, presidente en 3 ocasiones de la Academia Nacional de Medicina (1914, 1939 y 1932) y profesor titular de la cátedra de Urología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, en el antiguo Hospital de San Juan de Dios (claustros de Santa Inés, calle 12 entre carreras 9 y 10)) en Bogotá, desde 1912, cuando se inicia en Colombia la enseñanza de la Urología como una especialidad, hasta su muerte, ocurrida en 1935. Creó allí la primera escuela de Urología de Colombia, en donde tuvo a sus primeros discípulos, los doctores Jorge Enrique Cavelier Jiménez y Miguel Antonio Rueda Galvis.
En relación con el profesor Cavelier Jiménez, otro grande de la Urología colombiana, se puede decir que con el correr del tiempo se convierte en el sucesor del doctor Cuéllar y en el urólogo más importante de su época. Estudió medicina en la Universidad Nacional en donde se gradúa el 5 de octubre de 1921. Realizó sus estudios de Urología en la Universidad de Chicago. Posteriormente se vincula a la docencia en la Universidad Nacional, llegando a ser el profesor titular de la cátedra de Urología. Participó activamente en la construcción del Hospital de la Samaritana del cual fue su director. En noviembre de 1938 fue nombrado decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. En 1949 el presidente Eduardo Santos lo nombra Ministro de Higiene y durante su ministerio se crea el servicio rural obligatorio para médicos y odontólogos. Fue además presidente en 2 ocasiones de la Academia Nacional de Medicina y director de la Cruz Roja Nacional hasta el final de su vida. Realizó el doctor Cavelier Jiménez la primera ureterosigmoidostomía en Colombia, en el Hospital de San Juan de Dios de Bogotá e introdujo la resección transuretral de próstata en Bogotá, realizando por primera vez dicho procedimiento en la Clínica de Marly. En la actualidad la máxima condecoración que la Sociedad Colombiana de Urología otorga a sus miembros, lleva el nombre de este ilustre profesor.
A mediados de la década del 30, el doctor Cavelier Jiménez junto con los doctores Miguel Rueda Galvis, Gustavo Esguerra Serrano, José Vicente Concha y Pablo Gómez Martínez fundan la Sociedad Bogotana de Urología. Posteriormente en Medellín se funda la Sociedad Antioqueña de Urología. Este par de sociedades desaparecen en 1957 para dar paso a la Sociedad Colombiana de Urología, como lo mencionaremos más adelante.
En 1939, siendo el doctor Cavelier decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, la Clínica Urológica de esta Institución, por diferencias entre sus miembros, se dividió en 2 grupos que funcionaba el uno en el Hospital San Juan de Dios, dirigido por el doctor Rueda Galvis y el otro en el Hospital de la Samaritana dirigido por el doctor Cavelier Jiménez. Se iniciaba así la formación de dos programas de Urología en el país que funcionan hasta la fecha y en las cuales se han formado muchos de los urólogos colombianos: la escuela del Hospital San Juan de Dios, avalada por la Universidad Nacional y la escuela del Hospital de la Samaritana, inicialmente avalada también por la Nacional, posteriormente y durante muchos años por la Universidad Javeriana y hoy en día por la Universidad del Rosario.
En aquella época la carrera del profesorado en la Universidad Nacional se iniciaba por el Internado, seguía luego la Jefatura de Clínica, más tarde la posición de Profesor Agregado y finalmente la de Profesor Titular. El Profesor Agregado del doctor Rueda Galvis en San Juan de Dios fue el doctor Alonso Carvajal Peralta. Los primeros Jefes de Clínica en ese Servicio fueron los doctores Fidel Torres León y Vicente Concha. Posteriormente fue Jefe de Clínica el doctor Wilfrido Solano de la Hoz. De otra parte, en la Samaritana, el primer Profesor Agregado del Servicio del profesor Cavelier fue el doctor Pablo Gómez Martínez. El Jefe de Clínica del doctor Cavelier fue el doctor Fabio Murillo Rivera. Más tarde fueron Jefes de Clínica los doctores Alfonso Latiff y Héctor Pablo Barreto.
El mayor volumen de patología urológica de la década del 40 estaba constituido por la litiasis urinaria -dentro de la cual los cálculos coraliformes se comportaban como verdaderos desafíos quirúrgicos-, las infecciones urinarias, el cáncer génito-urinario y la tuberculosis, ésta última la mayor responsable de nefrectomías.
El estilo de la urología francesa se mantuvo por algún tiempo especialmente en el Servicio del doctor Rueda Galvis en el Hospital San Juan de Dios, ya que el profesor Rueda había recibido su entrenamiento en Francia. Sin embargo, progresivamente la escuela norteamericana y los nuevos equipos venidos de Estados Unidos de América se impusieron en los servicios urológicos. Esta influencia fue mucho más clara, mucho más evidente en el Servicio de la Samaritana, por la circunstancia de que tanto el doctor Cavelier como el doctor Gómez Martínez se habían entrenado en ese país.
A principios de la década del 50, la frecuencia de las enfermedades urológicas había cambiado en el país. Había disminuido la tuberculosis y los antibióticos controlaban los estragos causados por las infecciones. Se veía mas cáncer. En el año de 1953, poco tiempo después de la iniciación de la dictadura del General Rojas, los profesores Cavelier Jiménez y Gómez Martínez fueron destituidos por razones políticas de sus cargos en el Hospital de la Samaritana y volvieron al Hospital de San Juan de Dios. El doctor Alfonso Latiff, que estaba en la Samaritana se trasladó también al San Juan de Dios y de ahí pasó al Instituto Nacional de Cancerología, en donde trabajó con el doctor Guillermo Olaya Duffó y fue el primer jefe de Urología de esa institución, iniciando allí las primeras cirugías radicales para el manejo del cáncer urológico.
En el Servicio de Urología de la Samaritana quedó como director el médico militar doctor Gabriel Díaz Jiménez. Pocos años después el profesor Cavelier fue restituido en la dirección del Hospital de la Samaritana y el Servicio de Urología de la Universidad Nacional quedó en forma permanente en el Hospital de San Juan de Dios, en donde estuvo dirigido inicialmente por el doctor Carvajal Peralta y posteriormente, durante más de 20 años por el doctor Gómez Martínez, considerándose a éste como el padre de la Urología en la Universidad Nacional de Colombia.
También a mediados de la década del 50, el doctor Gustavo Escallón Caycedo, el cual había realizado estudios de Urología en los Estados Unidos, se vincula como adjunto al Servicio de San Juan de Dios. Tiempo después pasa al Hospital San José donde ejerció la jefatura del Servicio, trabajando, entre otros, con los doctores Alfonso Ramírez Gutiérrez, Enrique Córdoba Franco, Luis Blanco Gutiérrez y Carlos de Vivero Amador. El doctor Escallón funda los Servicios de Urología de los hospitales Militar Central y del Lorencita Villegas de Santos y crea el programa de postgrado en Urología de la Universidad del Rosario con rotaciones de sus residentes por los hospitales San José, Militar Central, Instituto Nacional de Cancerología y Lorencita
Villegas de Santos.
El profesor Pablo Gómez Martínez hace parte también de la historia de la Urología de la Universidad Javeriana, pues él en la Samaritana, en la década del 40, desarrollaba sus labores de docente en la Nacional y en la Javeriana en forma simultánea. Posteriormente el doctor Gustavo Escallón funda el Servicio de Urología del Hospital de San Ignacio; poco tiempo después el doctor Escallón pasa a la jefatura del Servicio de Urología del Hospital Militar Central y queda como Jefe en el Servicio de Urología de San Ignacio el doctor Carlos de Vivero Amador. El doctor De Vivero organiza entonces el programa de postgrado en Urología de la Universidad Javeriana en los hospitales Samaritana y San Ignacio, cada uno con sus propios docentes.
Hasta este momento nos hemos referido a la historia de la Urología en Bogotá. Revisemos como fue el principio de la Urología en Medellín. El doctor Braulio Henao Mejía, natural de Rionegro, es probablemente el primer urólogo en Antioquia. Estudia medicina en la Universidad Nacional y posteriormente se especializa en Francia. Inicia la cátedra de Urología en el viejo Hospital de San Juan de Dios de Medellín, por el año de 1932, y la continuó posteriormente en el nuevo Hospital San Vicente de Paúl, cuando la enseñanza de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia se trasladó a esta institución. Trajo de Europa el instrumental urológico de la época introduciendo la endoscopia urinaria en esa región del país.
Por problemas de orden político, fueron retirados todos los profesores conservadores de la Universidad, siendo reemplazados por profesores liberales. Por tal motivo se retira el doctor Henao y es sucedido por el doctor Manuel S. Arango, el cual regenta la cátedra de Urología hasta 1948, cuando es reemplazado en esa posición por el doctor Gustavo Calle Uribe, el cual laboraba como Jefe de Clínica. El doctor Calle había terminado medicina en la Universidad de Antioquia en 1941 y posteriormente había realizado estudios de especialización en Urología en la ciudad de Chicago.
A partir de 1948 el doctor Calle se convierte en profesor y Jefe del Servicio de Urología de la Universidad de Antioquia. Posteriormente ingresan a este Servicio los doctores Gustavo Escobar Restrepo y Alberto Pérez Estrada, más tarde se vinculan también los doctores Mario Giraldo Henao, Alfonso Fernández, Fernando Peláez, Alfredo Escobar, Gabriel Llano Escobar, Pedro Restrepo Domenech y Roberto Arango. Este grupo de colegas fundó en Medellín la Sociedad Antioqueña de Urología, la cual funcionó hasta 1957.
Por la misma época, en Cali ejercían los doctores Luis Reveiz, Luis Herman Riascos, Mario Garrido Campo, Gustavo Arango Vélez, Mario Jaramillo Alvarez y Eduardo Cañón Bravo, los cuales laboraban en el único hospital de entonces en la ciudad, el San Juan de Dios de Cali.. En 1953 llega a esa ciudad procedente de Filadelfia, ciudad donde había realizado sus estudios de especialización, el médico boliviano Lupi Sergio Mendoza Fernández. En 1956 se inaugura en Cali el Hospital Universitario Departamental Evaristo García, en donde el doctor Mendoza crea el Servicio de Urología, y en donde trabaja durante muchos años en unión del doctor Henry García Prada.
Sin embargo, al iniciarse la década del 50 en Colombia no existían programadas formales de postgrado en Medicina. Ejercían la Urología distinguidos urólogos en las diferentes ciudades del país. Algunos formados en el exterior y otros en los servicios que ya funcionaban en el país (Hospitales de la Samaritana y San Juan de Dios de Bogotá, San Vicente de Paúl en Medellín). En Bogotá, laboraban, entre otros, los doctores Jorge E. Cavelier Jiménez, Alonso Carvajal Peralta, Pablo Gómez Martínez, Enrique Dávila Barreneche, Fabio Murillo Rivera, Fidel Torres León, Vicente Concha, Gustavo Escallón Caycedo, Wilfrido Solano de la Hoz., Alfonso Latiff Conde, Héctor Pablo Barreto, Alfredo Schlensinger, Guillermo Olaya Duffó, Gilberto Quiroga Moya y Alfonso Ramírez Gutiérrez. En Medellín y Cali los colegas ya mencionados. En la Costa Atlántica ejercían la Urología en la ciudad de Cartagena los doctores Rubén Fernández Redondo, Eusebio Vargas Vélez y Ramón Macías. En Montería lo hacía el ya mencionado doctor Alfredo Escobar Méndez. En Barranquilla se encontraba el doctor Jorge Isaac Montes. El primer urólogo en ejercer en Santa Marta fue el doctor Adalberto Daza Nieves. En Cúcuta el doctor Fernando Silva Carradini, en Bucaramanga los primeros urólogos fueron los doctores Bernardo Uscátegui y Aníbal Serrano. En Manizales el doctor Armando Llano Sierra. En Pasto los doctores Luis Alberto Jurado Zambrano y Segundo Recalde fueron los pioneros de la práctica urológica, en 1962 llegó a esa ciudad el doctor Gustavo Camargo Vega, el cual fue durante 25 años el urólogo del Hospital San Pedro de esa ciudad y así, poco a poco, en todo el territorio nacional fueron haciéndose presentes médicos especialistas en Urología.
Los programas de postgrado en medicina se iniciaron en Colombia en 1959. En ese año en el Servicio de Urología de la Universidad Nacional (Hospital San Juan de Dios) comienzan su programa de entrenamiento en Urología los doctores Hernando Liévano y José Armando López; igual hace en la Universidad del Valle (Hospital Universitario Departamental Evaristo García) el doctor Abel Marulanda Mejía. El primer urólogo formado en el programa de postgrado de la Universidad Javeriana (Hospital San Ignacio) fue el doctor Guilllermo Hermida Peña, el primero en el programa de la Universidad del Rosario (Hospitales San José y Militar) fue el doctor Jaime Cajigas Rodríguez y el primero en la Universidad de Antioquia (Hospital San Vicente de Paúl) fue el doctor Herinulfo Londoño Correa.
En 1960, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina -Ascofame- instala en Bogotá el Comité de Urología y posteriormente hace lo mismo en Medellín. Este Comité certificó a los urólogos que ejercían hasta entonces en el país sin el título respectivo, e igualmente certificó a los primeros especialistas formados en los programas médicos de postgrado. Años más tarde, a raíz de las críticas hechas en torno a la certificación de especialistas por Ascofame y en virtud de un fallo del Consejo de Estado, se le quitó a esa asociación la facultad de certificar y titular especialistas y pasó este derecho a las facultades de medicina de las respectivas universidades. En la actualidad, 1997, en Colombia existen los siguientes programas de postgrado en Urología: en Bogotá: Universidad Nacional (Hospital San Juan de Dios), Universidad Javeriana (Hospital San Ignacio), Universidad del Rosario (Hospitales San José y Samaritana) y la Escuela Militar de Medicina (Hospital Militar Central); en Medellín: Universidad de Antioquia (Clínica León XIII), CES (Hospital Pablo Tobón Uribe); en Cali: Universidad del Valle (Hospital Departamental Evaristo García) y en Cartagena: Universidad de Cartagena (Hospital Universitario de Cartagena).
La historia de la fundación de la Sociedad Colombiana de Urología merece capítulo aparte. Ya habíamos mencionado que a mediados de la década del 50 funcionaban en el país dos sociedades urológicas en Bogotá y Medellín, respectivamente, sin ninguna intercomunicación entre ellas. El profesor Gustavo Calle Uribe, por hechos circunstanciales, concibe la idea de fundar una sociedad que aglutinara a todos los urólogos del país, lo secunda en esta idea el doctor Rubén Fernández Redondo, de Cartagena. Veamos lo que al respecto escribe el profesor Calle Uribe:
" En 1954 yo ya era profesor de Urología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y me mantenía completamente entregado en un todo al estudio, enseñanza y práctica hospitalaria intensa, así como a mi práctica privada. Por esa época recibí una invitación para participar en conferencia con temas urológicos en la ciudad de Montería. Ahí conocí al doctor Rubén Fernández, quien iniciaba práctica de Urología en Cartagena. Hago esta alusión para poder entender mi posterior conexión con el doctor Fernández, relación que incidió directamente en la Fundación de la Sociedad."
"En aquella época se me ocurrió, en caso de riñones no funcionales y en los cuales en la urografía no se visualizaban, ni por pielografía retrógrada se podía conocer su patología debido a obstrucciones ureterales que no permitían el paso de ningún catéter ureteral. Se me vino en mente que quizás con una aguja larga de raquianestesia se podría penetrar a través del parenquima y lograr entrar en una cavidad, pelvis o cáliz, obteniendo muestra de orina confirmatoria, que serviría para estudios bacteriológicos, y por ahí mismo introducir contraste y tomar películas, lo que bauticé como Pielografía por punción translumbar. Así en la primera fase de mi trabajo logré coleccionar algunos casos bien estudiados, los cuales aproveché para presentarlos como trabajo por Colombia en el Congreso Panamericano de Urología, en la ciudad argentina de Mar de Plata".
"Cuando llegué a hacer mi inscripción como ponente en dicho Congreso y por razones que no es necesario mencionar aquí, fui nombrado Delegado por Colombia. El día que presenté el tema aludido, fue recibido por los asistentes al salón con un éxito tremendo que se manifestó no solamente por los aplausos, sino por la petición a gritos que prolongaran el tiempo, para poderlo terminar y complementar con preguntas..."
"En esta forma el tema tratado creó tanta sorpresa que fue catalogado como el trabajo presentado por Colombia de verdadera actualidad, por los corresponsales de la prensa de Buenos Aires y de Madrid. Por este éxito de Colombia empezó a mencionarse a Colombia como próximo lugar del siguiente Congreso".
"Imposible imaginarse el temor que sentí, sabiendo que como Delegado oficial me correspondería aceptar tal posición en mi país que en ese momento no contaba con una Sociedad Colombiana que reuniera todos los urólogos de provincia pues solamente existía la Sociedad Bogotana que aglutinaba a los urólogos de Cundinamarca y la Sociedad Antioqueña que representaba a los de Medellín".
"En esta posición traté de conquistar el cuerpo directivo de la Junta, la cual accedió a hacerlo en 2o período y habiendo concedido al Perú la sede siguiente...".
"Por coincidencias curiosas de la vida, estando de regreso en Medellín, recibí una llamada telefónica del doctor Rubén Fernández quien había venido a Medellín por cualquier razón y quería saludarme. Lógicamente aproveché la oportunidad y lo invité a almorzar al Campestre, donde le comenté lo que me había ocurrido en Mar del Plata y la razón por la cual no pude recibir la designación de Colombia para el próximo Congreso Panamericano. Le pedí que me ayudara y nos uniéramos para poder conseguir la conformación de la Sociedad Colombiana para así poder recibir la designación de Colombia para el período siguiente al Perú. Muy gallardamente y con mucho entusiasmo se ofreció para ello."
"Optamos por Cartagena para la primera reunión específicamente por tratarse de una ciudad querida por todos los colombianos, con tanto interés turístico e histórico y alejada de toda posible incomprensión para que fuera Medellín. Así quedamos y él se constituyó como el secretario para preparar todo como lugar de reunión, alojamientos, etc. Se repartió la correspondencia de invitación a quienes logramos conseguir sus direcciones y las cartas fueron firmadas por los dos."
"Llegado el momento convenido nos reunimos en Cartagena unos 30-40 urólogos de los principales departamentos del país... En la primera reunión fui nombrado presidente de la Junta por aclamación...Terminado el temario se procedió a votación de primera Junta Directiva que quedó constituida en la siguiente forma: Presidente: Gustavo Calle Uribe, Secretario: Gustavo Escallón. De ahí en adelante nos reunimos en Bogotá el Presidente y el Secretario para hacer el contacto con la Junta de la Sociedad Bogotana y lograr su disolución para poder entonces ya iniciar las gestiones legales para matricular ante las autoridades competentes la formación de la Sociedad Colombiana de Urología con su personería jurídica y su registro civil..."
Así nació la Sociedad Colombiana de Urología, un 28 de junio de 1957 en el paraninfo de la Universidad de Cartagena. Fueron 31 sus miembros fundadores, 29 urólogos, un radiólogo y un ginecólogo. De los 31 Miembros fundadores con los cuales nació la Sociedad, hoy, 40 años después, cuenta con 310 Miembros, de los cuales 289 son urólogos, 19 son Residentes de Urología y dos son Miembros Asociados (un gineco-obstetra y un cirujano pediátrico). En su seno se encuentra el 80% de los urólogos que ejercen en el país. La máxima autoridad de la Sociedad es la Asamblea General de Miembros, que por Estatutos se reúne anualmente. Tiene una Junta Directiva que es elegida por períodos de 2 años.
La Sociedad realiza anualmente su Congreso de la Especialidad, al cual acuden profesores extranjeros de las mejores calificaciones a compartir sus experiencias con los urólogos nacionales. Además del compromiso científico, la Sociedad tiene una función gremial, de defensa de los intereses del urólogo frente a las dificultades en el ejercicio profesional.
De la Urología a principios de siglo, dedicada casi que exclusivamente al manejo de las enfermedades de transmisión sexual, hemos pasado a una Urología moderna, con subespecializaciones en las áreas de la Oncología, Urodinamia, Andrología, Infertilidad, Endourología, Urología pediátrica, Urología ginecológica, para mencionar sólo algunas. Hoy el urólogo moderno se mueve en los campos del láser, de la litotricia extracorpórea, de la ecografía transrectal, de las cirugías radicales de próstata, vejiga y riñón, de los reemplazos de vejiga con intestino, estómago, ureter, de las vaso-vasostomías, de los transplantes renales, pero igualmente sigue atendiendo los problemas de la infección urinaria, del prostatismo, de la incontinencia urinaria, del varicocele, tratando de ejercer su profesión con responsabilidad y sentido humanitario.